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Es una conversación fácil, porque a un 99,9% de la gente le gusta hablar de los demás, porque eso desvía mi vista de quién soy yo y lo que hago y dejo de hacer, desvía mi atención de tener que hacer introspección, una reflexión de mi mismo.
Hay un dicho popular que dice "la gente inteligente discute ideas, la gente común discute cosas, la gente mediocre discute personas." Es mucho más sencillo hablar sobre alguien que sobre alguna idea o un tema que realmente sea constructivo o inspirador.
"Quién habla a espaldas de otro delante de ti....hablará de ti a otros a tus espaldas."
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en pasar a ser una necesidad el tener que saber todo de todos. Es como un músculo, cuanto más lo uso más se fortalece. Cuanto más hablo de otros, más atento me vuelvo a lo que hace, me vuelvo más perspicaz, más mordaz y más duro con la vida de los demás.
Lo malo de hablar de otros no está es si es verdad o no lo que estoy hablando, Jesús dijo "¿ y por qué miras la paja en el ojo ajeno y no ves el tronco en el tuyo propio?" lo malo de hablar de otros no está es la veracidad de lo que digo (que generalmente no es del todo cierto), sino en el hecho de que al hablar de otros no veo quién soy yo realmente. Es una forma de escapar a mi propia realidad.
Por otro lado, ojalá hablasemos con ese mismo fervor y entusiasmo de lo que Dios hizo y hace por nosotros. Todo sería tan distinto...
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