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jueves, 17 de abril de 2014

no hay conversación más elevadora que el chusmerío!

          Desde hace mas o menos media hora hay dos señoras en la puerta de nuestro centro de influencia y están conversando con demasiado entusiasmo, y eso me llamó la atención. Comencé a prestar atención a lo que hablaban, y adivinen de que hablaban?!! chusmerío. Estaban hablando de alguien. Repasando su vida, elecciones, decisiones y juzgando su vida por supuesto. Se saludaron despidiéndose y 10' después siguen hablando...
         Me puse a pensar por qué esto les causaba tanto entusiasmo. Me dí cuenta de que es un tipo de conversación fácil y elevadora... ¿cómo que elevadora?!!! si, elevadora. Porque al hablar de otros y juzgar y criticar a otras personas nuestro ego se eleva, nuestro orgullo crece porque yo no soy taaaaaan malo como aquel a quién critico. Entonces me eleva...
          Es una conversación fácil, porque a  un 99,9% de la gente le gusta hablar de los demás, porque eso desvía mi vista de quién soy yo y lo que hago y dejo de hacer, desvía mi atención de tener que hacer introspección, una reflexión de mi mismo.
          Hay un dicho popular que dice "la gente inteligente discute ideas, la gente común discute cosas, la gente mediocre discute personas." Es mucho más sencillo hablar sobre alguien que sobre alguna idea o un tema que realmente sea constructivo o inspirador.
          "Quién habla a espaldas de otro delante de ti....hablará de ti a otros a tus espaldas."
          Por supuesto que no debemos olvidarnos que como humanos somos "animales de costumbre", como dicen algunos. Tenemos la particularidad de que nos acostumbramos a las cosas que hacemos y luego nos salen con mayor naturalidad. En cuanto al chusmerío, al principio puede ser cuestión de curiosidad, luego se convierte en diversión y no tarda
en pasar a ser una necesidad el tener que saber todo de todos. Es como un músculo, cuanto más lo uso más se fortalece. Cuanto más hablo de otros, más atento me vuelvo a lo que hace, me vuelvo más perspicaz, más mordaz y más duro con la vida de los demás.
          Lo malo de hablar de otros no está es si es verdad o no lo que estoy hablando, Jesús dijo "¿ y por qué miras la paja en el ojo ajeno y no ves el tronco en el tuyo propio?" lo malo de hablar de otros no está es la veracidad de lo que digo (que generalmente no es del todo cierto), sino en el hecho de que al hablar de otros no veo quién soy yo realmente. Es una forma de escapar a mi propia realidad.

           Por otro lado, ojalá hablasemos con ese mismo fervor y entusiasmo de lo que Dios hizo y hace por nosotros. Todo sería tan distinto...
         

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