Hoy me desperté y el primer impulso fue tomar el teléfono que
estaba en la mesa de luz, lo miro y tenía notificaciones de toda clase… lo dejo
y pienso “solo quería ver la hora…”
Vivimos en una sociedad altamente informatizada, donde cada
acto o circunstancia que vivimos termina online. Todo lo que hacemos y dejamos
de hacer termina en las redes, nuestro ánimo, nuestras emociones, estados
relacionales, todo, todo termina en las redes. Hasta parece que vivimos es una
carrera constante por lograr momentos que podamos compartir en las redes,
buscamos “buenas fotos” que después podamos subir. Ya parece que no buscamos
relacionarnos con la gente, tenemos a las mismas personas en Facebook, twitter,
instagram, viber, whatsapp, g+, etc… y a veces ni nos hablamos cara a cara…
Estamos en un momento donde estamos más interconectados con
el mundo entero que en cualquier otra época, pero vivimos más distanciados de
todos que nunca. Estamos en la época donde una palabra con letras azules, un
link, nos transporta a otro lugar, y a otro y otro y otro. Sentarnos en la
compu, o con la Tablet o el cel es desconectarnos del mundo. Por horas…
En ésta época queremos conexiones de todo tipo, en mi cel
tengo 3g, 4g, wifi, wifi-directo, bluetooth, NFC, S-Beam y no sé cuántas cosas
más ¿y qué sentido tiene si no los uso?
En medio de tantas conexiones solo hay una que importa de
verdad. Es estar conectados con las personas que nos rodean pero no
virtualmente, sino emocionalmente. Tener una comunicación real, una conexión
que realmente valga la pena.
Pero aún más importante que eso es tener conexión con el
cielo. Si queremos llamarlo de esa manera la biblia es el link que me lleva al
cielo, que me conduce a través de la inmensa red de este mundo, que me lleva a
ver las imágenes del cielo, a contemplar la gracia de Dios. A hacerla eficaz en
mi vida. Dios nos ha dejado la biblia para que en ella podamos encontrarlo a
Él.
No hay medio más eficaz de comunicación en este universo que
la oración. Con solo un pensamiento atravesamos millones de galaxias de
distancia, no hay “ocupados”, no hay correos de voz, no hay fueras de servicio.
Dios nos ha dado acceso directo a Él con tan solo hablarle.
¿Para qué tantas conexiones si solo las que importan son las
emocionales y la celestial?
Aunque sea por hoy sábado desconectate del mundo y conectate con el cielo y con tu entorno.

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